Julián Malo Barros
Perteneciente a la Organización Wiwa Yugumaiʉn Bunkuanarrua Tayrona, actualmente se desempeña como digitador en el área de cultura de la Organización Wiwa.
Miembro activo del Colectivo de Escritores Casa Wiwa
¿Quién no tiene mamá? Todos tenemos una madre que da la vida por nosotros.
¿Quién ama con el amor de una mamá?
¿Quién cuida como cuida una madre?
Es ahí que sabemos que tenemos una madre.
La tierra es madre de todas las naciones. De todos los pueblos del mundo.
Ella se siente dichosa porque tiene más de ocho mil millones de hijos en este mundo.
Para que la cuiden, a algunos les entregó: espíritu, principios de vida, conciencia, el poder ver, los lenguajes y el poder de las decisiones.
Pero, al ver que algunos de ellos no asumen la responsabilidad de cuidarla, últimamente ha estado enviando mensajes a las autoridades tradicionales, de pronto, ellas la escuchen.
Así como una madre se preocupa por la vida de sus hijos, así es como se preocupa la madre tierra por sus hijos.
Pero, ese amor de mamá no se está entendiendo, ya que algunos:
– Iniciaron su perforación violentamente.
– Le están echando químicos tóxicos que afectan integralmente su ciclo de vida.
– La están mutilando con la tala indiscriminada de bosques y selvas.
– Le están sacando su sangre, esa sangre es el petróleo.
– Le están sacando sus pulmones poco a poco, sus pulmones son sus selvas y bosques.
– Le están sacando el hígado pedazo a pedazo, ese hígado es el carbón.
– Le están demoliendo y sacando sus huesos, esos huesos son el oro y las piedras.
– Le están quitando la piel, esa piel es el suelo y las montañas destruidas.
Con esas acciones la madre pierde su belleza y está desfigurándose poco a poco.
Con tales sufrimientos: ¿quién dice que no podemos hablar de ella?
A causa de todo esto, la madre está enfermándose cada día más, ella tiene:
– Hipertemia.
– Influenza.
– Diarrea
– Granos
– Dolores en todo el cuerpo
– Cefaleas
– Dolores estomacales
Es decir, está enferma de todas las enfermedades que se conocen, ¿cómo no contagiarnos de esos síntomas malignos?
¿Qué hijo no se compadece de su madre al verla en ese estado?
Pero, a pesar de su desgracia es tanto el amor que siente por sus hijos que no se queda lamentándose, sino que se esfuerza para que gocen de bienestar, por eso todavía:
– Las semillas siguen con vida,
– Se puede disfrutar de la alimentación.
– Los animales se siguen reproduciendo y cumpliendo su misionalidad en este mundo.
– Las flores continúan embelleciéndola y llenándola de aroma que inspira vida,
– El mar sigue danzando continuamente mostrando la grandeza de su madre.
– Desde los nevados, los ríos siguen danzando a través de montañas, valles, cordilleras y poblados y cumplen su misión de mantener con vida a todos.
– Las aves mantienen la tradición del origen, cantan, vuelan y reforestan. Cada uno tiene una tradición propia que no olvida y transmite esos principios.
– Los pueblos nativos con dificultades seguimos cumpliendo nuestra tarea de salvaguardar, trasmitir conocimientos, practicar nuestra cultura ancestral, por eso seguimos danzando.
– Los animales siguen reforestando, abonando, limpiando, equilibrando el ecosistema de vida.
– Los ciclos del agua siguen cumpliendo el mandato ancestral
– Todavía los pisos térmicos están.
A pesar de todo, persiste la vida, camina junto a nosotros, hay esperanza de permanecer.
Pero muy a pesar de todo, son pocos los que quieren velar en su desgracia. ¿Quién la defenderá, quién dará consejo para salvarla? ¡Hay madre tierra!
La madre tierra nos recuerda que a muchos se la entregaron para cuidar de ella. ¿Acaso no se le entregó el conocimiento de la ciencia a los científicos para cuidarla?, ¿por qué no quieren cuidarla?, ¿por qué la olvidan?, ¿por qué le aumentan su dolor?
A los gobiernos se les entregó una responsabilidad que es intermediar, direccionar y articular el cuidado de ella con los demás.
Así, pasaron años enviando mensajes, hasta que apenas hace 32 años comenzaron a hablar de ella, como fruto está la actual COP16 en Cali – Colombia. Ahora, sí van a escucharla.
La madre tierra es mi madre, es tu madre y, también, es nuestra madre. No olvidaré mi responsabilidad, ¡no te olvides de ella!
Son expresiones recogidas en el contexto del fortalecimiento de la Identidad Cultural del Pueblo Wiwa, desde las cuevas, comunidades de base, sitios sagrados, reuniones permanentes de la Organización Wiwa Yugumaiʉn Bunkuanarrua Tayrona.
Mi nombre: Julián Malo Barros, del Pueblo Wiwa
Perteneciente a la Organización Wiwa Yugumaiʉn Bunkuanarrua Tayrona, actualmente se desempeña como digitador en el área de cultura de la Organización Wiwa.
Miembro activo del Colectivo de Escritores Casa Wiwa